Ana y yo hemos llevado a cabo un pequeño experimento socioliterario. Hemos tratado de captar el instante emocional, el estado de ánimo. Nuestro propósito es percibir y dar a conocer la ciudad psicosocial impresionista a través de los modelos de Deleuze y Guattari (usted puede hacer la mezcla de esos elementos en su subconsciente). En consecuencia, consideramos que podría tratarse (o a lo mejor, no) de un texto de carácter rizomático. En apariencia, no hay jerarquía, es un argumento que no nace ni se muere, pero se alimenta y se reproduce por sí mismo.
Psicopoesía con escombros se realizó el día sábado 27 de agosto de 2022 en la parte baja de la ciudad de Cuenca (plaza de España, ronda de Valencia, parque de San Julián, río Huécar, plaza del Nazareno a grandes rasgos). La captación ocurrió entre las 12 y la 1 del mediodía en exteriores e interiores. El tiempo era anticiclónico puro.
Cada verso/oración/frase fue obra de un/a transeúnte que a priori no tenía que ver nada con nosotros ni con el resto de intérpretes de esta composición (36 en total), a la postre los verdaderos protagonistas del invento. Por lo tanto, no hay diálogo entre ellos. Nosotros nos limitábamos a pasear, a hacer nuestras cosas y a escuchar.
Ana y yo hemos seguido un orden cronológico estricto. Usted puede jugar a jugar y cambiar ese planteamiento a su antojo. En sus manos dejamos, en definitiva, la posibilidad de rehacer esta composición y de sacar otras conclusiones. Esperamos que le resulte entretenido.
Los autores.
Por favor, pulse el botón.
Pero tengo un problema.
Yo me voy a casa.
Hasta la una no abrimos.
Mira, estoy en la puerta de tu casa.
Perdón.
¿Dónde lo meto ahora?
Ya no vas a bajar en todo el año.
Es que ella se viene.
¿Lo ves?
Toma manzana.
Hoy, es domingo, ¿no? ¿O es sábado?
Vamos donde está ese coche parado.
Dar línea, estoy de baja.
Nos vamos ahora para Madrid ya.
Se van por aquí, andando.
Si puedes, antes de las dos.
Igualmente.
Mi vida es el amor.
Luego, se venga.
Luego, coge y se pasa al banco.
Los patitos están abajo (ahí abajo sí que hay).
No es un patio como tal.
Tiene que tener mierda ese agua…
Donde menos me ha dolido.
¿Qué dices, pichón?
¿Cuánto ha costado el chocolate?
Se ha enviado ya, ¿no? (Ah, pero si está aquí).
Por el café, pero bueno…
Cuidado, no te caigas.
Suelta, si no quieres.
Ya no le da miedo nada.
Que no pasa nada.
La semana que viene, se va a Cañaveras.
Si ya es difícil en Barcelona…
Vamos a tomar algo allí.