PROGRESIÓN LINEAL Y MÉTRICA DE UNA DEIXIS DIARIA: DESESPERACIÓN Y RESISTENCIA. MÓNICA OLALLA

En el nido de las águilas donde el río traza su curva de ballesta, encontramos una progresión lineal de estructuras concomitantes que, una tarde de invierno, deciden pasar a la acción. La progresión ramificada del roble o el olmo se torna en álamo y el ruiseñor cantor de la hoz; sin embargo, aún no ha encontrado su nido ya que pulula con frutos que la tierra dio desde el inicio de los tiempos. Esta información nueva machadiana no es de ayer ni del futuro, tampoco es una fruta olorosa al tener pequeños gusanitos naciendo en su interior. No puedo más que abrazarla para no sucumbir a la desesperación cuando la falta de criterio y empaque nos lleva a una amistad un tanto sospechosa y no deseada. El tema constante en oraciones sucesivas carentes de propiedad deja en el horror vacui del cerebro hojas sueltas y cosas que se hojean y ojean a diestro y siniestro.

Algún filósofo debió pensar y reflexionar sobre estas inquietudes lingüísticas imposibles de percibir cuando me levanto y me acuesto en zapatillas de deporte, cómodas, austeras y mundanas, fundidas con un paisaje natural que no entiende de etiqueta o de un mínimo protocolo. Perderse y no encontrarse como en el bosque literario de Eco poblado de temas, remas, tópicos, focos y comentos. Suelto la manguera y apago el fuego según sople el aire o por donde da la vuelta el aire y en este nido hay mucho aire, un vendaval y un huracán revolviéndose contra todo, mientras otros señalan con el dedo: hay que superar el pasado, el pasado no hiela el corazón y la sesera.Aprendizaje histórico sin fuste que, sin quererlo me vuelve al pasado. El viento no cambia, el tema es constante pero cada día una nueva ilusión como la ONCE. La importancia de la Literatura es Bécquer nacido en Sevilla en 1835, forma de expresión y forma de educación. Mensajes que nos encomiendan no sabemos quién, puede ser Dios o el Espíritu Santo en forma de paloma… ¡Ramifiquemos nuestro discurso! ¡Completemos nuestras palabras! Aunque lo obvio se nos presenta en la puerta, lo preguntaré una y mil veces porque necesito un enunciado completo. Las pinzas las usaremos para tender la ropa y los alfileres a San Antonio para buscar novio o ir a la iglesia de San Sebastián, tan castiza, tan madrileña.  Allí presenciaremos la boda de Larra, Lope de Vega o Cervantes, el entierro de Espronceda o el bautizo de mi abuela materna Adela, tan castiza ella, tan galdosiana, nacida en la calle León.

Silencio silencioso y mucha tarea sin hacer exenta de coordinación ni yuxtapuesta siquiera porque eso supondría implicaciones que ni se han pasado por la cabeza. Desesperación. Desesperación. Desesperación al cuadrado o al cubo. Desesperación de no saber hacia dónde vamos, aunque sí tenemos claro de dónde venimos. En la propia autonomía no empírica de los sintagmas, nos vamos a la plaza de Atenas cuando un conjunto morfológico no tiene función ni lugar y contando sus aventuras en la selva, rezuma cansancio y tedio. El descabezamiento conlleva un orden y una pulcritud externa e interna muy subjetiva y bastante fea como la caca que se desliza por un valle o sierra. Huelga de brazos caídos. Inercia. Inmovilismo. Pasotismo. Hace falta una agenda para organizarnos el tiempo y las tareas, pero sus hojas han caído como las del árbol de La Alcarria o el Alto Tajo. Coleguitas forever. Ese es mi lema. Forever and ever and so and so… Y no termino mi frase. Todos han de presuponer lo que no digo y después nos vamos de cañas todos juntitos en amor y compañía.

Mañana será otro día. Dejar pasar. Dejar a un lado. Dejar olvidado todo. Procrastinemos. Y así día tras día con una manguera echa agua; sin embargo, ni toda el agua del universo podrá parar este torrente, como si fuese un acto de amor, a espuertas, como una inundación. Nada será suficiente a razón de la piel, a la intemperie libre de cacas, detritus y falsedad. La deixis piensa que está libre de todo mal: craso error. Nadie se librará de una supuesta progresión que no progresa, sino que se deleita en la caca otra vez. Engranajes de una máquina oxidada que quiere volar, pero hace años que no ha despegado los pies del suelo. Quisieron hacerla despegar, pero cortaron sus alas bajo el paraguas de un mundo necio y haragán, de cierto antepasado tahúr, que es palabra de Dios, te alabamos, óyenos. Los reyezuelos del reino de taifas han expoliado su patrimonio y la dejadez ha hecho costra en el cerebro, en todo el cuerpo; incluso el ADN perdió sus cadenas en progresión congelada. Colegas otra vez. Tapar. Tapar. Cubrir. Volver a tapar con un maquillaje espeso y mentiroso. Inmediatamente después según la lentitud de cada cual, nos daremos cuenta de que el foco, el tema no ha avanzado y el comento como información nueva es imposible que quepa en ninguna parte debido a que la oquedad de su cabeza ora y bosteza. No hay solución. Matices y percepciones personales que hay que dejar en un bolsillo porque a nadie interesa ahora. Si se sacan cacas, saquemos cacas y debilidades para darle la vuelta a todo de una buena vez. El aire comienza a ser irrespirable sin capitán, sin rumbo y a la deriva. Dejar fluir. Dejar pasar. La modernidad guay mal entendida que no nos hace mejores y deja todo por hacer. Voy a hacer perifrásticamente hablando, pero no tengo que o se debe hacer o se debe de hacer que, con la preposición “de”, aporta más duda quedando muchísimo mejor. Hay un engaño implícito de que pones un caramelo en la boca para que otro te dé la papilla con una cucharita.

Menos mal que nos queda Portugal a lo Siniestro Total y la esperanza es un rayito de luz al final del túnel. No sabemos cuándo esa luz se apagará si el amigo Morrissey lo canta con su tupe y con su voz melodiosa, cantarina símbolo de los 80. Interrogativos y exclamativos que no dejan lugar a la sorpresa y al peligro de que esto estalle, de que una bomba informativa nos explote y nada se pueda hacer. El individuo genérico saldrá indemne huyendo y no querrá volver o, mejor dicho, meterse en la cueva de donde no debería haber salido porque todo le sobrepasa y no sabe hacia dónde tirar. Con engaños se le ha conducido a implicaciones que no entiende y ahora el barullo de su caca le asfixia. Juicio a la caca. Pena de cárcel para la caca. Realismo sucio a la caca como el aullido de Ginsberg o un perro del infierno. No se puede recurrir la pena. La pena apenando las penalidades. Mientras intentamos sobrevivir a tanto caos, la luna de Lorca nos ilumina y de esta realidad nos consuela como decía Cernuda. Esto es también la desolación de una quimera quimérica y rizomática que diría Fernando. Mundo feo. Mundo de caca y de asuntos que son trasuntos de la nada porque no hay nada sobre lo que sostenga tanta estulticia y falsedad. Guay del Paraguay pero sin hacer papeleos ni burocracia, me horroriza la burocracia, odio el superguay si no lo hacen los demás. Repartimos el pastel del complemento directo o del “se” con función de dativo ético descolgándose por la hoz. Descoordinación de distintas piezas que buscando su engranaje se van a oxidar del tedio monocromático campestre que solo piensa en ir a buscar setas para fomentar la convivencia. Haced lo que os plazca y así a gusto del consumidor nos dejan decidir si queremos tomates fritos, col rizada o lechugas dentro de proyectos y más proyectos que olvidan el fin y los medios.

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, no pongas las tuyas a remojar: corre, corre todo lo que puedas, huye a toda prisa, retoma el camino hacia tu casa y ponte a salvo no sea que la caca salpique el bello rostro de la responsabilidad, de la seriedad y del trabajo bien hecho. Dancemos y vayamos como una plaga contra el aburrimiento del mundo a lo Ezra Pound. Mañana será otro día de sorpresas, nuevas ilusiones y todo por hacer. Iré a mi aire bailando entre nubes de algodón para olvidar que quiero volar muy lejos y volver al cobijo de mis libros, de mis letras, de creer en que la caca se diluye. Sea.

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