UN POQUITO MÁS SOBRE LOS AÑOS 70. MARI CARMEN RUIZ

Claro que sí, yo pertenecía a esa generación de adolescentes (entre 15 y 17 años) que vivió la época de los 70. Recién llegada a Madrid desde tierras manchegas, me costó un tiempo adaptarme: de una capital pequeña (Ciudad Real) a un barrio en las afueras (El Pilar), muy querido para mí. Esa década generó muchos cambios en el ámbito social, político y cultural. Se popularizaron electrodomésticos como el microondas, la calculadora, la televisión en color. Esta última fue la que más ilusión me hizo,  ¡ya podía ver la TV sin filtros!. Y lo digo con conocimiento de causa: mi padre nos trajo una vez una especie de lámina a color que se pegaba a la pantalla y después aparecían los colores. Claro que lo mismo veías una cara azul que un suelo verde, pero al final te acostumbrabas y hasta te gustaba.

La actividad de ocio que más predominaba era la de los guateques, bastaba con un tocadiscos también llamado «picú», unas cosillas para comer y a bailar toda la tarde. Te ponías tus mejores galas, ese pantalón vaquero campana con su minipull, esos estampados atrevidos y, cómo no, esas plataformas… La moda y la estética son más atrevidas: una mezcla de look hippie (procedente de los 60) con looks más retro. La moda disco es la más representativa, marcan tendencia los pantalones campana, las faldas se acortan y las botas se hacen más altas. Los peinados son más excéntricos, desde los «afro» con volúmenes XXL a los pelos largos y lacios, el corte shag con flequillo y melena degradada.

El perfume más característico era el «Pachuli», con un fuerte olor dulzón, el más valorado por los hippies, que decidieron adoptarlo cómo símbolo de su estilo de vida (descubrieron que era excelente para disimular el olor de la marihuana). La forma de diversión cambia, si se compara con años anteriores. Proliferan las discotecas en las que a diferencia de las salas de fiesta, la música es grabada. 

En esas discotecas setenteras era inconfundible la bola de espejos situada en la parte central de la pista, que reflejaba luces de colores en todas las direcciones. No podemos olvidar tampoco el centro neurálgico por así decirlo, que era el tablero de mandos con teclados acústicos y luminosos. La persona que estaba al mando y que realizaba las mezclas era el disc-jockey (DJ) o pinchadiscos, de él dependía el éxito de ese local.

La forma de bailar se vuelve más atrevida, los pasos son más complicados con coreografías conjuntas. El baile más famoso era el Hustle, se bailaba alineándose con los demás bailarines: un paso delante, un paso atrás, brazo arriba, brazo abajo y rodillo (Van McCoy, The Hustle). La música disco (mezcla de soul y funk) se popularizó con artistas como Gloria Gaynor, Donna Summer, Jackson 5, Bonney M., Abba, Barry White y un largo etcétera. Un fiel reflejo de toda esa moda es la película Fiebre del sábado noche, cuya banda sonora, compuesta por Bee Gees, alcanzó un gran éxito. Llega también el rock suave, Bruce Springsteen, David Bowie, Queen. Otro músicos que marcaron época  fueron el multiinstrumentista Mike Oldfield , Elton John, y la gran Tina Turner, entre otros muchos. El rock más  puro seguía  dominado por Rolling Stones y The Who. Y Pink Floyd (que si no, mi hermano se enfada).

En España oíamos a Miguel Bosé, Formula V, Camilo Sesto, Serrat, Mocedades… Aparece el fenómeno punk que tenía como base el inconformismo, cuyo mayor representante fueron los Ramones. Una década que en cuanto a variedad de estilos musicales y mezclas fue de las más ricas (ídolos con los que forrabas tu carpeta del “insti”. Yo tenia el mío, Mark Spitz, un nadador olímpico que ganó siete medallas de oro en Múnich y por el que estaba loquita). La discoteca más famosa de Madrid era Cerebro, en los bajos de la calle Princesa, pero la que yo solía frecuentar se llamaba Fontana, situada en la calle Orense.

Deseaba tener los 18 para poder pasar, aunque he de confesar que me colé  antes de cumplirlos. El hermano mayor de mi amiga era el que nos colaba (Pepe). Nos llevaba a todas partes en su coche, un Seat 127. No me pregunten cómo, pero llegamos a entrar hasta seis personas en él (claro, que por aquel entonces no había cinturones de seguridad traseros). El coche debía de medir unos 3,60 metros.

Nace el «Comediscos» un tocadiscos portátil que se colgaba al hombro. Se introducía un disco de vinilo por una ranura y tenía un botón para expulsarlo. Sólo funcionaba con discos de 45 r.p.m., pero ya teníamos nuestra música favorita para escuchar en todas partes. Se ponen de moda los bares con estética hawaiana. Además, tenían cócteles de lo más llamativos, el Bora Bora era famoso por su combinado «Testamento», bebida colectiva para cuatro personas, que se presentaba con humo saliendo de él, como un volcán. También, El Chapandaz con su leche de pantera, pero el que más me gustaba y siempre pedía era el «San Francisco».

Más o menos, he querido resumir un poquito,  una década en la que disfruté mucho y que me trae muy buenos recuerdos. Habrán existido épocas mejores y yo no lo discuto, pero los setenta que no me los toquen.

(Fer, gracias por animarme a escribir. De paso, también quiero mencionar a esos pedazos de hermanos que tengo y que formaron parte de esas vivencias: José Manuel, Pilar, Delia y Maribel). 

Nuestro agradecimiento a Todocolección.

5 respuestas a «UN POQUITO MÁS SOBRE LOS AÑOS 70. MARI CARMEN RUIZ»

  1. hoLa, hé dé dejar ún vano comemTario: Lá bamda roLLing sTones & Lá pubLicazión musicaL dé LecTura roLLing sTone; una «s» dé diferenziazión, sín máss, graziax!!!

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  2. Soy y vivo en la Ciudad de México, en América. describiste muy bien esa época y veo que también acá fue muy similar, viví y sentí lo mismo que tu. Ahora a mis 64 años sigo bailando esa música cada que puedo. Gracias!!!!!!

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